Desarrollando
la creatividad.
Tal
como hemos visto; la creatividad es una habilidad
de la cual estamos dotados los seres humanos, que si bien debido a
diversas cuestiones puede estar más presente en unos que en otros, y es susceptible de ser desarrollada por todos nosotros.
La
creatividad es
clave para el éxito en cualquier desempeño que tomemos en nuestra vida; y más
aun es vital si hablamos de una actividad
empresarial. ¿Por qué? Porque los seres humanos pasamos la vida en
un continuo imaginar. Imaginamos el qué,
el cómo, el para qué… cuestiones que son aplicables a cualquier apellido
que le pongamos “el qué quiero, o
quieren, el qué me gusta… cómo lo logro, para qué me sirve, para qué lo quieren”….y
así hasta el infinito.
Lejos
de los viejos
dogmas que promulgaban que la vida es un
proceso lineal en el que nacemos, nos reproducimos y morimos… nos
encontramos hoy, con un escenario complejo
en la que la vida debe ser concebida en
sí misma como un hecho orgánico, flexible y
cambiante. Si consideramos la vida como tal, ¿por qué no tomarla como
reflejo para la organización y aplicar el concepto a su desarrollo y al
enriquecimiento de la Gestión del Talento Humano?
Para
que la creatividad nazca, crezca e incluso se
reproduzca es necesario que la persona conozca, pueda, tenga el
deseo de ser creativa y quiera poner esa creatividad a servicio de la
organización. Por ello es importante crear espacios
donde las personas se sientan cómodas con sus propios talentos.
Los
pasos
que todo directivo debería seguir en una organización para
fomentar la creatividad se reducen básicamente a cuatro: Guiar la creatividad. Crear condiciones para apoyar la
creatividad. Dotar de estímulos que propicien la creatividad. Valerse de
prácticas que fomenten el “pensamiento diferente”
1. Guiar la creatividad.
Para
obtener ideas creativas y que estas sean efectivas, aunque pueda parecer
contradictorio debemos restringir, enfocarnos y concretar el qué.
Si
lo que queremos son ideas para reducir una línea de costes debemos identificarlo
así, y pedir a nuestros colaboradores que en un
tiempo determinado nos aporten ideas enfocadas a tal fin, que alineadas a la
estrategia de la empresa propicien una ventaja competitiva.
2. Crear las condiciones para apoyar a la creatividad.
NO MATAR LAS IDEAS. Si bien es verdad que no todas
las ideas pueden parecernos que sean validas, no podemos caer en la trampa de
matarlas, pues debemos poseer una mente abierta y si en algún caso observáramos
una “mala idea” debemos apoyar para que esta sea reconducida hacia los
objetivos, estrategia o recursos de la empresa.
Algunos
consejos para lograr condiciones propicias son, hacer uso de la motivación intrínseca; dar
tiempo para pensar y dotar a este tiempo de “ocio” de la importancia
que se merece; promover
la diversidad entre departamentos y equipos; permitir la experimentación y el
fracaso el miedo al fracaso es el enemigo número uno de la
creatividad y está demostrado que un ambiente de humor y la diversión promueve
la búsqueda de soluciones más creativas.
3. Dotar de estímulos que propicien la creatividad.
Gestionamos
nuestra vida en torno a nuestras creencias, mapas mentales y rutinas constantes,
hechos limitantes que coartan la generación de nuevas ideas. Para romper con
ello podemos someternos a estímulos nuevos y diferentes, mezclarnos y
relacionarnos con personas de “afuera” que aporten una visión objetiva de
nuestra realidad.
4. Valerse de prácticas que fomenten el “pensamiento diferente”.
Ser
creativo es una tarea
difícil, sobre todo porque para que una idea
funcione debe generar valor añadido y no ser más de lo mismo.
Hoy
existen diversas herramientas (mapas
mentales, programación neurolingüística, pensamiento lateral, entre otras) que
pueden ser utilizadas para estimular el desarrollo de ideas creativas y sacar a las
personas de sus patrones de pensamiento normales, mostrándoles formas diferentes
de ver las cosas y ayudándolos a realizar vínculos nuevos.
En
mi opinión los resultados que podrían llegar a tener la organización serían infinitamente
mayores a la inversión realizada. Si conseguimos que las organizaciones sean espacios en los que las personas se sientan cómodas
con su talento, puedan ser creativas y pongan su productividad al servicio del
objetivo estratégico, la organización logrará la mejor arma de diferenciación competitiva,
que no es otra que la permanencia y el desarrollo del talento a favor de la
misma.
¿Crees
que es posible? ¿Qué otras cosas puede llegar a lograr la organización? ¿Actuarías
de manera diferente?
Autor:
Dácil Almeida González.
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